| 1 | COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Asà clama por ti, oh Dios, el alma mÃa. | |
| 2 | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¡Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios! | |
| 3 | Fueron mis lágrimas mi pan de dÃa y de noche, Mientras me dicen todos los dÃas: ¿Dónde está tu Dios? | |
| 4 | Acordaréme de estas cosas, y derramaré sobre mà mi alma: Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios, Con voz de alegrÃa y de alabanza, haciendo fiesta la multitud. | |
| 5 | ¿Por qué te abates, oh alma mÃa, Y te conturbas en mÃ? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar Por las saludes de su presencia. | |
| 6 | Dios mÃo, mi alma está en mà abatida: Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán, Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar. | |
| 7 | Un abismo llama á otro á la voz de tus canales: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mÃ. | |
| 8 | De dÃa mandará Jehová su misericordia, Y de noche su canción será conmigo, Y oración al Dios de mi vida. | |
| 9 | Diré á Dios: Roca mÃa, ¿por qué te has olvidado de mÃ? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? | |
| 10 | Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada dÃa: ¿Dónde está tu Dios? | |
| 11 | ¿Por qué te abates, oh alma mÃa, Y por qué te conturbas en mÃ? Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar; Es él salvamento delante de mÃ, y el Dios mÃo. | |