| 1 | *Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. | |
| 2 | Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espÃritu no hay engaño. | |
| 3 | Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el dÃa. | |
| 4 | Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque dÃa y noche tu mano pesaba sobre mÃ. *Selah | |
| 5 | Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. (Selah) | |
| 6 | Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. | |
| 7 | Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. (Selah) | |
| 8 | El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el *camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. | |
| 9 | No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brÃo hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.» | |
| 10 | Muchas son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confÃan. | |
| 11 | ¡Alégrense, ustedes los justos; regocÃjense en el Señor! ¡canten todos ustedes, los rectos de *corazón! | |